En 2023 la industria redujo su producción en -4,9%, después de las altas tasas de 16% y 11% observadas en 2021 y 2022. Con ello, la producción industrial muestra un crecimiento de 12,3% respecto a los niveles de 2019.
Para comienzos de 2024 las perspectivas son positivas. Por un lado, las ventas de diciembre, si bien cayeron, mostraron la reducción más suave del semestre. Además, los últimos resultados del PMI muestran una expansión de la producción, e incluso el PMI de enero se ubicó en un máximo de 19 meses, jalonado en parte por los pedidos nuevos. Igualmente, otros indicadores de confianza como el Índice de Confianza Empresarial, el Índice de Confianza Comercial y el Índice de Confianza del consumidor, mejoraron en sus mediciones más recientes.
Aspectos clave
En 2023 la industria redujo su producción en -4,9%, después de las altas tasas de 16% y 11% observadas en 2021 y 2022, que se dieron en respuesta a la alta demanda postpandemia. En este sentido, la producción industrial se ajustó a la menor demanda doméstica de 2023, inducida por las medidas de política monetaria tendientes a controlar la inflación y a la menor demanda externa, expresada en una caída de -3,8% en las exportaciones manufactureras medidas en dólares. Pese a lo anterior, la producción industrial muestra un buen desempeño al crecer un 12,3% respecto a los niveles de 2019.
Por su parte, las ventas siguieron un camino similar, acumulando una caída de -4,5% en el año, luego de los altos crecimiento de 15,7% y 10,1% en 2021 y 2022.
En diciembre, la producción real de la industria manufacturera se redujo en -6,8%, lo cual representa un retroceso con respecto a lo que se venía observando en noviembre en casi la mitad de los tipos de industrias. Pese a lo anterior, los resultados por parte de las ventas muestran perspectivas positivas para la industria, ya que para diciembre las ventas reales muestran una caída de tan solo -3,5%, indicando la reducción más suave en todo el semestre, lo que jalonaría la producción futura.
Otros indicadores también apuntan hacia un posible repunte en la producción industrial en los próximos meses. En este sentido los resultados del PMI de diciembre y enero muestran una expansión de la producción después de siete meses de caída (hasta noviembre). Concretamente el informe del PMI de enero describe que el “PMI subió hasta su máximo en 19 meses al inicio de 2024”, registrando un “Incremento sin precedentes” en los inventarios de los insumos de producción. Esta expansión se dio de la mano de un aumento en los pedidos nuevos, que según el reporte “aumentaron a un ritmo casi récord”.
Adicionalmente, la confianza empresarial (componente del PMI) continuó al alza alcanzando un máximo en 19 meses. Por otro lado, el Índice de Confianza Empresarial medido por Fedesarrollo mostró un comportamiento al alza en diciembre (con respecto a noviembre), mejorando por primera vez en cuatro meses debido al aumento de las expectativas y la reducción de inventarios. No obstante, los pedidos registraron un retroceso. Reforzando lo anterior otros indicadores de confianza de la economía como el Índice de Confianza Comercial y el Índice de Confianza del consumidor también mejoraron en sus mediciones más recientes.
Según los empresarios encuestados por la Andi en la EOIC en septiembre, la producción industrial habría estado afectada por “el costo de los suministros de materia prima, la volatilidad del tipo de cambio, infraestructura y costos logísticos, incertidumbre por las reformas, los altos costos financieros, la inflación, así como alta competencia en el mercado, baja rentabilidad, incertidumbre económica, dificultad en la consecución de mano de obra e inseguridad.” Sin embargo, también indicaron que los aspectos que favorecerán su desempeño a futuro son: “aumento de la demanda…, disminución de las tasas de interés…, disminución de costos de materias primas e insumos…, estabilización de la tasa de cambio…, disminución de la inflación…”. En contraposición, los industriales indicaron en esta misma encuesta que los factores que más perjudicarán su actividad en 2024 serían “la incertidumbre política…, alta inflación…, baja demanda…, alta volatilidad de la tasa de cambio… y las altas tasas de interés…, entre otros.”
En un contexto más amplio, cabe mencionar que la contracción manufacturera no es un fenómeno que sólo se observa en Colombia. En este sentido, en octubre, el informe “Perspectivas de la Economía Mundial” del FMI indica que alrededor del mundo se observa una “desaceleración o contracción de gran alcance en el sector manufacturero, con disminuciones relacionadas en la producción industrial, la inversión y el comercio internacional de bienes. Esta debilidad refleja los efectos combinados del cambio pospandémico en el consumo hacia los servicios, una demanda más débil derivada de un mayor costo de vida, la retirada del apoyo a las políticas de crisis, condiciones crediticias más estrictas y la incertidumbre general en medio de una fragmentación geoeconómica intensificada.”
A nivel latinoamericano, se ve entre los países pares a Colombia, que Perú atraviesa en este momento la contracción más acentuada del sector manufacturero con una caída año corrido de -6,2% (aunque con datos a noviembre), mientras que Colombia ha decrecido -4,8%. En adición a lo anterior, Chile decreció 2,1% en el año, mientras que Brasil cayó -1,0%. México es el único entre estos cinco países que registra una expansión manufacturera, de 0,9%, a pesar de haberse contraído -4,0% en diciembre.
Consulte la Encuesta Mensual Manufacturera con Enfoque Territorial (EMMET) del DANE