A dos años del inicio de nuestro proyecto de Gobierno, es momento de reflexionar sobre los logros y desafíos en nuestro camino hacia una Colombia más justa y equitativa. Bajo el liderazgo de nuestro presidente Gustavo Petro, hemos trabajado sin descanso en busca de la transformación profunda de los territorios históricamente olvidados, fundamentada en dos pilares: la inclusión y la justicia social.
Durante décadas, Colombia ha dependido del sector minero-energético, un modelo que ha generado desigualdades, exclusión y conflictos. Este modelo ha empeorado las condiciones de vida, incrementando la pobreza y la inflación, especialmente en los precios de los alimentos. Desde el primer día, nuestro objetivo ha sido cambiar el paradigma hacia uno que priorice la dignidad humana y el desarrollo sostenible. En este escenario, conceptos como: la transición energética, la reactivación del agro, la reindustrialización y el uso de la tecnología se configuran como herramientas esenciales para cerrar las brechas sociales y económicas de nuestra nación.
Del extractivismo a la inclusión: Un nuevo modelo de desarrollo
El debilitamiento del sector agropecuario e industrial, en favor del crecimiento del sector minero-energético, consolidó una estructura productiva y social que profundizó dinámicas históricas de estancamiento, exclusión y desigualdad. Este modelo extractivista no solo agravó las condiciones de vida, sino que también aumentó las desigualdades de ingresos, tierras y capital, fomentando un conflicto social y político.
Es importante señalar que este no es solo un asunto de Colombia, sino de la insostenibilidad del modelo de desarrollo global. Las desigualdades sociales, la crisis alimentaria y la triple crisis de calentamiento global, pérdida de biodiversidad y contaminación han sido alertadas en múltiples espacios internacionales. A pesar de los esfuerzos por superar estas crisis, aún existe incertidumbre sobre la eficacia de las acciones si no se enfrentan sus causas estructurales.
Una respuesta a las demandas sociales: Nuestro Programa de Gobierno
El descontento social, manifestado en grandes movilizaciones que tuvieron su punto más álgido en el paro nacional de 2021, subrayó la necesidad urgente de un cambio en el modelo de desarrollo. Estas demandas evidenciaron el descontento general de la población frente a las condiciones materiales que se configuraron durante décadas en torno a las desigualdades sociales y a un país históricamente pensado para la inversión y el desarrollo de solo sus seis grandes urbes. Este descontento fue el escenario que permitió el ascenso del primer gobierno progresista en Colombia, y como acto de coherencia, las demandas de la población se recogieron en el Programa de Gobierno del presidente Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez, proponiendo alternativas para pasar de una economía extractivista a una productiva construida desde los territorios históricamente olvidados.
El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026: Colombia, Potencia Mundial de la Vida enfatiza en construir una economía diversificada que permita superar las lógicas extractivistas y avanzar en el reconocimiento y garantía de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y ambientales. Este plan propone un desarrollo que respeta y reconoce las características únicas de cada territorio, lo propio, lo cultural, lo popular, antes de implementar acciones de política pública bajo el supuesto de un contexto centralista o generalizado.

Construcción participativa y descentralizada: El camino hacia la equidad
La planeación, desde un enfoque de desarrollo territorial descentralizado, implica una lectura histórica, participativa y comprehensiva de las situaciones que enfrentan las comunidades, los procesos sociales y los pueblos étnicos. La construcción de estos procesos debe contar con fuertes mecanismos de participación, concebidos como un proceso de mediación de las relaciones de poder económicas y sociales en los territorios bajo una lógica diferencial.
Estos procesos de desarrollo requieren la definición de proyectos estratégicos de impacto regional, con la participación de comunidades, organizaciones y gobiernos locales. No se trata de llevar el Estado al nivel local, sino de construir de manera conjunta, proyectos estratégicos que respondan a las necesidades específicas de cada región.
Logros y compromisos: Un futuro de esperanza
En nuestro camino hacia una Colombia más justa, hemos logrado importantes avances. Hemos priorizado la construcción de una nación a través de la convergencia regional y el trabajo mancomunado con las comunidades, garantizando inversiones en agua, salud, educación, reforma agraria, transición energética y vías terciarias. Estos esfuerzos han contribuido en nuestro camino hacia la transformación; es largo el camino por recorrer, pero los frutos de nuestra lucha comienzan a dar frutos: hemos reducido la pobreza monetaria en 47 puntos porcentuales y la pobreza multidimensional en 8 puntos porcentuales, además de disminuir el déficit en cuenta corriente del 6% al 2% del PIB.
Hoy celebramos con orgullo los avances logrados y renovamos nuestro compromiso con la transparencia, la justicia social, la equidad, y la dignidad para todos los colombianos. Sigamos trabajando juntos para construir una Colombia donde todos puedan vivir con dignidad y prosperidad, valorando nuestra diversidad humana y natural.