En julio, el sector manufacturero marcó su quinto mes consecutivo de contracción mensual, con una caída total de -7,2%, culminando el período enero-julio con un descenso de -3,3% frente al mismo período del año anterior, reflejo de tensiones inflacionarias, débil demanda y altos inventarios. De los 39 rubros monitoreados por el DANE, 33 tuvieron declives, destacando áreas como productos de caucho y vehículos automotores. Pese a las dificultades, el sector muestra algún grado de optimismo puesto que el índice de Confianza Industrial de julio mostró una mejora; y adicionalmente el Índice de Producción Futura (componente del PMI calculado por Davivienda) indica que la confianza empresarial de agosto alcanzó su valor más alto en 14 meses.
Aspectos clave
A lo largo de julio, el sector manufacturero experimentó el quinto mes consecutivo de desaceleración, registrando una caída de -7,2% en la producción real, la más alta desde agosto de 2020, acompañado por una reducción de -6,0% en las ventas reales. De las 39 ramas de actividad que son monitoreadas por el DANE, 33 registraron una caída. Sobresalen las ramas de productos de caucho, vehículos automotores y motores, y básicas de hierro y de acero, que tuvieron las mayores contracciones (de -52,5%, -39,3% y -30,5%, respectivamente). Con estos resultados, la producción manufacturera muestra un crecimiento año corrido de -3,3% y de -3,6% en las ventas.
Particularmente, de los 39 rubros monitoreados por el Dane, 31 presentaron declives en su producción. Particularmente notorios fueron los descensos en áreas como química básica (-25,6%), prendas de vestir (-18,6%), minerales no metálicos (-10,3%) y otros productos alimenticios (-10,0%).
El comportamiento de la industria es el reflejo de una desaceleración general que viene experimentando la economía colombiana después de los altos crecimientos registrados el año pasado y que llevó a que el PIB creciera tan solo un 0,3% en el segundo semestre el año. No obstante, se tiene que entre todos los sectores, la industria manufacturera fue el que registró el comportamiento más bajo, al decrecer -4,0% en los primeros seis meses de 2023.
En general, la producción industrial se ha visto especialmente afectada por la caída en la demanda interna (que en el segundo semestre del año fue de -3,9%), producto del freno al consumo y a la inversión que han impuesto por las altas tasas de interés, derivadas de la lucha contra la inflación. No obstante, la demanda externa también ha estado a la baja (aunque con menor incidencia), puesto que las exportaciones manufactureras registran una caída año corrido de -3,4%, y la EOIC de la ANDI revela que en lo corrido del año a junio las ventas internas han caído más que las ventas totales. A lo anterior se suma el hecho de que las empresas cuentan altos inventarios actualmente, y con ellos atienden las ventas, reduciendo aún más sus niveles de producción- según se desprende de la información reportada por el PMI.
En este contexto, los empresarios reportaron en la EOIC de junio que los principales problemas que enfrenta la industria, en orden de importancia, son: la falta de demanda, reportada por el 41% de los encuestados y el tipo de cambio reportada por el 26%, con lo cual el gremio indicó, a través de su representante en la ANDI que: “El deterioro en los indicadores industriales refleja la urgencia de implementar una estrategia de crecimiento sólida para el país que contrarreste las claras señales de la desaceleración que está sufriendo nuestra economía …”
Para agosto, los resultados del PMI se muestran a la baja por cuarto mes consecutivo, indicando que el sector continuaría contrayéndose.
A pesar de este contexto, las expectativas sugieren que puede existir un moderado optimismo en el sector. Así, el Índice de Confianza Industrial (ICI) mostró un aumento en su medición de julio y el Índice de Producción Futura (componente del PMI calculado por Davivienda) indica que la confianza empresarial de agosto alcanzó su valor más alto en 14 meses, donde los industriales se mostraron optimistas con respecto a lo que será su producción a un año, destacando factores como ”La diversificación de productos, el mercadeo, las oportunidades de exportación, los nuevos pedidos pendientes de aprobación, la reducción de las presiones de los precios y las previsiones de una disminución de los tipos de interés”
Así mismo, los empresarios reportaron en la EOIC de junio que dentro de los principales aspectos que favorecerán el desempeño en el segundo semestre de 2023, están la estabilización de la tasa de cambio (35%), la reactivación económica (21,9%) y la disminución de la inflación (16,3%), entre otros.
Además, en el contexto macro se reporta que la inflación mostró un quiebre en mayo y que desde entonces su tendencia es a la baja, con lo cual la autoridad monetaria ha suspendido el incremento en sus tasas de política y los analistas prevén que la misma comience a bajar pronto para alcanzar un 12,0% al final del año. Por último, para la segunda mistad del año se espera un repunte general en la actividad económica.