La amenaza que supone para la democracia, la difusión rápida y global de información errónea y desinformación exige respuestas urgentes, transfronterizas e innovadoras. La información falsa y engañosa que circuló durante la pandemia del COVID-19 y que contribuyó a inspirar el atentado del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio de Estados Unidos, ha demostrado el daño que la desinformación puede causar a la salud pública y a los procesos democráticos.
Mientras que algunas campañas de desinformación son puramente nacionales, otras se utilizan como herramientas para la injerencia extranjera en las democracias establecidas. La difusión de contenidos falsos y engañosos ha sido utilizada por las autocracias para alimentar la polarización, crear confusión y desestabilizar las democracias establecidas, y también ha servido para apuntalar y reforzar el apoyo a líderes autoritarios.
Aunque muchos gobiernos han tomado medidas para hacer frente a los retos de la desinformación y construir un ecosistema de medios de comunicación e información más resistente, todavía no existe una comprensión global ni un intercambio internacional de prácticas sobre los esfuerzos de toda la sociedad necesarios para abordar el problema. Una visión global y coordinada de lo que están haciendo los países y de lo que ha funcionado para aumentar la resistencia institucional a largo plazo, serviría de base para el debate internacional sobre enfoques eficaces y ayudaría a los países a establecer la gobernanza adecuada contra la información errónea y la desinformación.
Para ello, y basándose en la experiencia colectiva de los países de la OCDE, el Centro de Recursos DIS/MIS de la OCDE proporcionará una plataforma para compartir conocimientos, recopilar datos, analizar y actuar sobre respuestas eficaces.
En la reunión ministerial de Gobernanza Pública de noviembre de 2022 denominada “Construir la confianza y reforzar la democracia", los representantes de los diferentes gobiernos aprobaron, entre otras, el “Plan de acción sobre gobernanza pública para luchar contra la desinformación", incorporada en el Anexo A de la declaración del encuentro.
Como respuesta a este compromiso, la OCDE ha decidido poner en marcha este centro (hub), que como ya se dijo, tiene como finalidad apoyar a los países en la construcción de la resistencia institucional a largo plazo frente a la información errónea y la desinformación, el cual se convertirá en una plataforma para intercambiar información, desarrollar análisis sobre tendencias y mejores prácticas con los miembros de la Organización y diversos actores internacionales. El centro (hub) también proporcionará una vía concreta a través de la cual el G7 cooperará con la OCDE y mejorará la resiliencia de los actores e instituciones públicas, las empresas, el mundo académico y la sociedad civil a través de un enfoque de toda la sociedad, como se indica en el comunicado de los líderes del G7 de junio de 2022.
Para tales efectos, el centro (hub) contará con un grupo de expertos, una herramienta de recolección de datos para la elaboración de un catálogo de políticas públicas en la materia y una serie de informes sobre las respuestas de la gobernanza pública a este fenómeno.
Teniendo en cuenta que el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026: Colombia, Potencia mundial de la vida, tiene entre sus objetivos recuperar la confianza ciudadana en la institucionalidad pública y establecer entornos colaborativos entre el Estado y la sociedad; el Departamento Nacional de Planeación desde la Subdirección de Gobierno y Asuntos Internacionales (SGAI) y la Secretaría Técnica para Asuntos de la OCDE está liderando esta iniciativa, considerando que le permitirá al país adoptar los más altos estándares internacionales en la lucha contra la desinformación. A la fecha Colombia ya ha participado en cuatro reuniones de expertos.