Septiembre de 2024
En septiembre de 2024, las ventas reales del comercio minorista en Colombia crecieron un 1,5% interanual, evidenciando una leve recuperación que, aunque positiva, contrasta con el desempeño mixto de diferentes líneas de mercancías y con la recuperación del 5.1% observada el mes pasado en agosto. Con ello, el tercer trimestre creció positivamente 2,8%, después de 5 trimestres consecutivos con caídas.
Este crecimiento fue impulsado por el fuerte repunte en vehículos automotores y motocicletas, que registraron un incremento del 14,8%, y equipos de informática y telecomunicaciones, con un aumento del 25,4%. Estas dos categorías, que juntas aportaron 2,2 p.p. al crecimiento total, indican una recuperación en bienes durables de alto costo, favorecida por la estabilización en precios de algunos componentes y el interés de los hogares en productos tecnológicos y de movilidad. Sin embargo, otras líneas como prendas de vestir y artículos de ferretería siguen presentando caídas importantes, reflejando los efectos de la inflación y las tasas de interés, que han limitado la recuperación total del consumo.
En términos de empleo, el sector del comercio minorista experimentó una contracción del 1,5% anual en el personal ocupado, impulsada en gran medida por una disminución del 7,9% en el empleo temporal directo. Este descenso sugiere que, aunque el sector ha mostrado signos de recuperación en ventas, los empresarios mantienen cautela respecto a la contratación de corto plazo, posiblemente por la incertidumbre en la demanda de fin de año. En contraste, el empleo permanente mostró un incremento del 1,1%, lo cual indica una leve estabilización en algunas áreas, particularmente en ciudades como Bogotá y Antioquia, que continúan siendo polos de crecimiento en el sector minorista.
De cara al último trimestre del año, las expectativas empresariales son cautelosas. Según Fenalco, el 26% de los comerciantes espera una mejora en las condiciones sectoriales, mientras que el 19% anticipa un deterioro, reflejando la incertidumbre provocada por factores macroeconómicos como las altas tasas de interés y la inflación, que afectan tanto el poder adquisitivo de los consumidores como la capacidad de expansión de los negocios. Esta perspectiva mixta también responde a los cambios en las políticas monetarias y fiscales. Aunque el Banco de la República ha reducido gradualmente las tasas de interés, el impacto en el consumo es aún limitado, y los comerciantes temen que los altos costos de financiamiento persistan.
El gobierno ha implementado diversas estrategias para fortalecer el sector, incluyendo apoyo a pequeñas y medianas empresas y programas de incentivos, lo que se espera estimule el comercio de cara a la temporada de fin de año, tradicionalmente fuerte para el sector minorista. Sin embargo, los desafíos estructurales, como la desaceleración del empleo y el aumento en los costos operativos, podrían limitar los efectos de estas medidas. Con las expectativas de que el último trimestre consolide el repunte del comercio, el éxito de esta recuperación dependerá de la capacidad de adaptación del sector a los cambios en el entorno macroeconómico y en las preferencias de consumo, que están siendo moldeadas tanto por la moderación en la inflación (reportada en 5,4% anual en octubre) como por una mejora en la confianza de los consumidores en ciudades clave como Cali y Medellín.